Invierno… hibernación

Poco a poco el nuevo jardín se va adaptando al frío. Aprovechamos los meses de otoño e invierno para mover plantas o dividirlas. También hemos nivelado el jardín, creando dos espacios más grandes, en dos alturas, y de esta manera evitar que el agua arrastre la tierra.

Durante el otoño e invierno muchas plantas y árboles reducen su actividad metabólica. Los vegetales no disponen de ningún tipo de termorregulación como los mamíferos y otros grupos de animales. Por lo tanto, el frío ambiental de estos meses, limita su actividad metabólica provocando la ralentización de todas las actividades metabólicas propias del crecimiento y desarrollo de las plantas. Como respuesta a este hecho, las plantas no sacan hojas nuevas y en general no crecen si la temperatura ambiental es menor de 10ºC.
Otras plantas como los bulbos han acumulado nutrientes durante la primavera y el verano e inician su proceso de crecimiento durante el invierno para asomarse a la superficie de la tierra cuando los días empiezan a ser más largos y reciben más horas de sol.

Quizá no luce bonito pero en esta época hay que cuidarlo para que esté sano y podamos disfrutarlo cuando llegue la primavera 🙂